Puto destino
Por Leo Quiñones
Hay mañanas en que uno sin darse cuenta toma decisiones que realmente no sabe en que desembocarán.
Esta semana, como de costumbre un puñado de personajes caminaron bajo el rayo del sol hasta ese infame punto de encuentro llamado en jerga cotidiana “La parada”, la antesala al purgatorio, el cadalso previo que los conducirá a ese habitual infierno llamado trabajo, pero no, de este oscuro lugar hablaremos en otra ocasión.
El punto en cuestión es que esta manada de ilusos, víctimas del destino y la geografía de la ciudad, abordaron cada cual su correspondiente unidad de transporte público (bondi, colectivo, coletivo o como quieran llamar a esa mierda que nos vemos obligados a usar para transportarnos de un lugar a otro) algunos apostaron a
El otro grupo, por iguales motivos o por otros aun mucho más particulares optó por disfrutar de un lindo paseito en compañía de otras 86 sudorosas almas en un higiénico móvil de
Como el destino no es una ciencia exacta que siempre ofrece los mismo resultados para nadie, todos subieron a sus correspondientes transportes sin saber realmente los reveces que les tenia preparado ese día la vida, ya que el chofer del la “unidad” de
Lo único que podemos concluir es lo siguiente…. Todos nos levantamos con el humor que nos toca ese día, nos vamos a trabajar sin saber que puta nos pasará en el camino, el tiempo es dueño de su voluntad y muchas veces de la nuestra, los colectivos son públicos y por ende no tenemos ni puta idea de con quien nos vamos a cruzar y mucho menos que carajo nos puede hacer (desde un peajero hasta una rubia que nos parta el corazón), por ende, lo único que nos espera todo el tiempo y en todo lugar es nuestro destino.
-Relato inspirado en el accidente ocurrido el pasado 24 de Julio a las 16:30 en pleno centro asunceno.-